lunes, 20 de diciembre de 2010

Sobre parejas (1)



Rafa, Rafita, como lo llamaba su madre, estaba desolado y, hoy, para hablarme se había tumbado en el diván.

-Estoy preocupado, balbuceó, hoy me la hice chupar más de media hora por Jacinta Unzué y, mientras ella se corrió seis veces con sólo chuparme, yo nada. Bueno, nada no, pero no pude eyacular. En dos o tres oportunidades, mientras me chupaba, sentía algo parecido a un orgasmo pero, como no eyaculé, quedé como triste, abandonado. Ella, cuando se fue, sonreía feliz y me dijo que se iba contenta porque se había sentido amada por mí. Rafa se quedó en silencio un largo rato y luego comentó con algo de ironía: cada vez estoy más tiempo con las mujeres y estoy consiguiendo desconocerlas por completo... como ejemplo, le puedo contar lo que me pasó la semana pasada... Le interrumpí para decirle que por hoy era suficiente y nos despedimos hasta la próxima. Cuando se fue Rafa yo me quedé pensando en mi propia sexualidad que casi no tenía o, por lo menos, no me podía dar exactamente, cuenta de cuál era mi sexualidad. Me la pasaba todo el día trabajando y, cuando no trabajaba, escribía y cuando no trabajaba ni escribía, pintaba. Me sentía amado por muchas personas, mujeres, hombres y niños. A veces llegaba a pensar que eran demasiadas las personas que me amaban. Poco a poco me iría entonteciendo. Ya le había pasado a Federico, muriéndose y no se había dado cuenta de nada, de casi nada.
          Hoy le envié unas flores a Gloria Fuertes. Me sentí bien al hacerlo, aunque nunca terminaba de entender porqué hacía esos actos: Enviarle telegramas al Rey, flores a los Poetas, libros a gente que no leía.
          Cuando sonó el teléfono me sobresalté y tardé en cogerlo. A llevantarme ya habían cortado. Abandoné la consulta y salí caminando sobre mis propias piernas a dar un paseo. Mientras paseaba, me pidieron limosna y yo, como cuando era joven, le dije al pordiosero:
          -Yo no doy limosnas, soy marxista.
          Después me fui riendo de mí mismo hasta llegar al bar.




DE LA REVISTA EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Nº 41 


Helena Trujillo
Terapeuta de Parejas-Asesora Matrimonial
Tratamientos efectivos a partir de la 1ª entrevista

jueves, 9 de diciembre de 2010

Paseando por el Congreso y Reflexiones del Puente de la Constitución

Paseando por el Congreso y Reflexiones del Puente de la Constitución


 

 

- Reflexiones del Puente de la Constitución -I-


Comentarios al pasar

Entré en youtube para entretenerme con algunos poemas recitados, Lorca, Aleixandre, Vallejo, Quevedo, Tuñón, Oliverio Girando, Germán Pardo García, Olga Orozco, Enrique Molina y antes de comenzar el festín tuve la mala idea de ver si había comentarios.

Había algunos, mal escritos y como si fueran personas que no entienden nada de poesía y ni siquiera de política.

La gente que no me ha leído y que hacen comentarios malintencionados, son un poco incultas y tampoco tienen mucha cultura sexual.

Más adelante voy a retomar este asunto de la cultura sexual pero en este momento lo que me interesan son los comentarios.

La semana pasada hace 10-12 días, Mourinho dijo en voz muy alta que la modestia no sirve para nada y creo que llegó a decir que Ronaldo era mucho mejor que Messi. Y que vinieran a meterle a él ocho goles (como pasó con el Almería).

Yo creo que el Barcelona, sus jugadores, su técnico, tuvieron piedad, porque con un poco de entusiasmo le habrían metido los ocho goles que pedía el entrenador del Madrid.

Y esto no es para hablar de fútbol, que no entiendo mucho, sino para comparar comentarios.

Esos comentarios tan desafortunados de Mourinho no son nada comparado con los comentarios que se hacen de mi labor poética, entiéndase escribir y también leer.

Ejemplo, que no voy a tener en cuenta porque a ese señor, le falla el cerebro.

Comentario: “Lorca se recita en andaluz”, me dijo la bestia, y luego (y ahí se le vio el plumero), “usted lo recita en argentino”.

Lo primero que pensé (porque sentir se lo dejo todo para los pacientes y los críticos), pensé: Y para qué piden libertad en Internet, para poder decir esas tonterías y tener algún poder, controlar a todos los que no se parecen a ellos.

Es decir, quieren matar todo lo distinto cuando, precisamente, la maravilla del ser humano es su semejanza a los otros humanos, y al mismo tiempo sus diferencias (hace unos años cuando yo estudiaba esas cosas, llegué a saber, que para fabricar un ser humano igual a otro ser humano no se conseguiría jamás, perdón, los sabios que me enseñaban esos avatares, no decían jamás, decían que fabricar un ser humano igual a otro ser humano llevaría cinco mil años.

El imaginario de cada ser es diferente en cada ser. Y es, por decirlo de alguna manera, irreductible a cualquier maniobra de conocimiento y de conciencia.

Entiendo que me estoy desviando un poco pero tengo setenta años y escuché muchos comentarios a lo largo de toda mi vida.

La ideología, la tan mentada ideología, es conducida por el imaginario de cada uno. Por eso que los pactos tienen que ser por escrito y lo más alejado de sentimientos (que en todos los casos son imaginarios, quiero decir personales). No sirven ni para los negocios ni para el amor.





 Reflexiones del Puente de la Constitución -II-


El estado de ánimo
Hoy me “siento” con poco ánimo para escribir.

Aunque sin mucho ánimo, hoy tengo algunas cuestiones.
Todos sabemos que un hombre cuando habla dice una cosa y luego dice otra cosa, pero los hechos no son tan hábiles como las palabras.

Un hombre cuando habla hasta puede mentir, decir que ama a una persona que no ama y lo contrario. En cambio, los hechos no mienten.
Ejemplo: los controladores, al actuar, hicieron perder al país cuatrocientos treinta millones de euros y destruyeron de manera poco elegante las vacaciones y las obligaciones contraídas de miles y miles de ciudadanos.

Frente a esta materialidad y después que el Gobierno se vio obligado a la militarización del colectivo, los controladores piden perdón a la población afectada y dicen que no son los únicos culpables y algunos hasta lloran porque se sienten presionados.

Ustedes se dan cuenta qué horror sería juzgar a los criminales por lo que sean capaces de decir después de cometido el crimen, del cual se tienen pruebas materiales de su culpabilidad. Estarían presos y condenados a muerte los inocentes y los criminales pasearían en libertad por las calles de la ciudad y seguirían cometiendo más crímenes.

Los poderosos del PP y todo el Gobierno Valenciano son una prueba material de esta sinrazón.

El Estado de ánimo español debería, de la misma manera que no deja presentarse a las elecciones a ciertos grupos sospechosos, debería prohibir absolutamente presentarse a elecciones a los corruptos (con pruebas policiales contra ellos) aunque no hayan sido declarados culpables, ya que sabemos que existen jueces corruptos, sobre todo el amigo del presidente de la Comunidad Valenciana.

Los secretos, no tan secretos, que hablan de Zapatero y su entorno, si no fuera por lo que dicen los periodistas españoles (24 h y CNN+) antes de dar a conocer los semisecretos, se deberían tomar como un halago al Gobierno español.

Zapatero, un lince y muy bien formado en los temas importantes. Rubalcaba, directamente encantador. Blanco, que no te mira a los ojos pero conoce a fondo la política y el alma de todos aquellos que no mira a los ojos. Moratinos les gritaba a los embajadores pero en un mundo sometido a la sinrazón norteamericana, gritarle a los representantes del estado de ánimo norteamericano puede ser considerado un halago.

Y a pesar del consabido machismo de los norteamericanos cuando hablan de las mujeres del Gobierno, lo hacen con respeto y cierto grado de admiración.

Hablando del machismo que en España es muy grande y que muchas mujeres comparten, no puedo entender por qué insisten en hablar de violencia de género cuando, en realidad, se trata de crímenes pasionales.








El psicoanalista jubilado






martes, 7 de diciembre de 2010

Este viernes, Charla de Psicoanálisis: LA FAMILIA COMO ESTRUCTURA SEXUAL

LA FAMILIA COMO ESTRUCTURA SEXUAL
ESTE VIERNES 10 DICIEMBRE
19:30 HORAS

La familia humana es la base y condición necesaria de reproducción de la especie; gracias a ella el sujeto puede sobrevivir, y en ella cada uno de los padres ocupa un lugar esencial. Además, su papel es primordial en la trasmisión de la cultura. Gobierna los procesos fundamentales del desarrollo psíquico y en un marco más amplio, trasmite estructuras de conducta.
Casi todas las actividades humanas se desarrollan dentro de la esfera de lo social, es por eso que se dice que el núcleo familia es tan indispensable para el desarrollo del sujeto, es ahí donde se forja el carácter y la personalidad de cada individuo y no podemos pasar inadvertido que del núcleo familiar en donde cada uno se ha desenvuelto es muy diferente. En la familia se cristaliza el modelo ideológico que la sustenta. Es el aparato de educación por el que ha de pasar, casi sin excepciones, todo miembro de nuestra sociedad desde el primer hálito de vida. La familia es el enlace entre la estructura económica de la sociedad y su superestructura ideológica.

Impartida por la psicoanalista Helena Trujillo


Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés
C/Hilera, s/n Edf. Hogar Departamento de Librería

ENTRADA LIBRE

TAMBIÉN SE EMITIRÁ ONLINE EN DIRECTO

miércoles, 1 de diciembre de 2010

La navidad

PSICOANÁLISIS Y VIDA COTIDIANA:
LA NAVIDAD


En Navidad, casi todos intentamos acercarnos un poco más a la familia, especialmente a esos parientes a los que apenas vemos o que más dificultades nos plantean a la hora de relacionarnos. Son unas fechas en la que cada año, parece tenemos la obligación de ser felices y de llevarnos bien con todo el mundo o al menos, de aparentarlo. Parece que en Navidad todos debemos ser mejores de lo que somos y vivir mejor de lo que vivimos habitualmente.
Con la llegada del nuevo año son muchas las personas que aprovechan para marcarse nuevos propósitos. Algunos se plantean sus propuestas, pero como si el decir fuese suficiente para el cumplimiento de algo, las olvidan a los pocos días y ya nunca hacen nada más. Otros, van trabajando a lo largo del año en busca de esos objetivos. Podemos diferenciar entonces a aquellos que se quedan en la propuesta y aquellos que establecen un plan de trabajo.
Los que se quedan en las palabras o pensamientos no conseguirán nada nuevo, seguirán pareciéndose a sí mismos.
Los que creen que la felicidad de encuentra en el camino del trabajo, trabajarán para conseguirse una vida mejor y para ello no es necesario esperar a fin de año.
Cuando uno no consigue lo que dice querer, aparecen sentimientos como la culpabilidad, impotencia, inutilidad, ansiedad. En vez de lamentarse por lo ocurrido, sería más adecuado aprender algo.
En Psicoanálisis decimos que cuando alguien no consigue lo que dice querer, es que no lo deseabaNo conseguir lo deseado es, a veces, el indicativo de que aún no lo deseamos lo suficiente, pero no hemos de cesar en el empeño. Todo esfuerzo tiene su recompensa. La única forma de transformar la realidad es a través de la acción.
Estamos, sin embargo, acostumbrados a esperar respuestas inmediatas a nuestras acciones. Es muy importante que aprendamos a tolerar la incertidumbre y no decaigamos. Hay que tener en cuenta que los resultados no son los que uno fantaseaba, sino otros que pueden hasta ser mejores. La realidad siempre es mejor que la fantasía. De lo que está sobrado el neurótico es de fantasía, lo que le falta es capacidad de trabajo.
Según el Psicoanálisis, el triunfo y el fracaso conllevan el mismo gasto psíquico pero, evidentemente, sabemos que las consecuencias son muy distintas.
Con estos argumentos está claro que nos quedamos sin excusas. Responsa-bilizándonos de la vida que tenemos todo está en nuestras manos para cambiarla. Para qué esperar al año nuevo, cuando hoy mismo podemos dar un pequeño paso para que nos vaya la vida mejor. Para qué esperar a Nochebuena cuando hoy mismo puedo prestar atención a otras personas.
El trasfondo cultural de la navidad está lleno de buenas intenciones, lo interesante sería convertirlas en acciones durante todo el año. Dar amor, regalar, compartir, estar con los seres queridos, celebrar.
Tal vez nos cueste abandonar los ideales, nos cuesta valorar las cosas que tenemos y deseamos una perfección que nunca va a producirse. Vivimos infelices y así morimos.
La enfermedad de este siglo es que no toleramos a los demás. Fomentamos el individualismo, la soledad. Pero cuando nos sentimos solos el mundo se derrumba, parece que no haya futuro. Nos alimentamos con nuestras lágrimas en lugar de ser más atentos con los demás. En lugar de valorar las diferencias, los encuentros y los desencuentros. Todo lo aprovechamos para separarnos. Está claro que así no llegaremos muy lejos.
Existen tres objetos que producen deseos, interés y atracción. La mirada, el habla y la escucha. Mirar genera deseo, hablar también, pero lo que realmente atrapa el deseo de otra persona es escucharle. Nadie se para escuchar a nadie, no nos interesamos de los otros, sino de nosotros mismos. Muchas veces el hecho de escuchar a una persona permite que se establezca una corriente afectiva. Un buen consejo para todo el año y, especialmente en navidad es este: escucha a los demás, suspende por un momento tus pensamientos, preocupaciones, egoísmos y escucha aquello que te muestra esa otra persona. De esta forma, estoy segura, descubrirás muchas cosas. Escuchar al otro da sentido a su forma de relacionarse y permite que podamos relacionarnos adecuadamente con él.
Ceder parte de nuestro egoísmo nos hará sentirnos mejor, facilitará y favorecerá nuestras relaciones y nos dará un placer social con beneficios a largo plazo.
En palabras del Poeta y Psicoanalista Miguel Óscar Menassa, nuestra riqueza es la riqueza de nuestras relaciones sociales.
No olvidemos que todo es más fácil cuando sonreímos, pero la sonrisa no es algo natural en el ser humano, también es un trabajo sonreír.


Helena Trujillo Luque
Psicoanalista
Telfs. 952 39 21 65 – 626 67 33 22

jueves, 25 de noviembre de 2010

CASOS DE ÉXITO


Recostada en el diván ella recorría entre palabras los momentos más duros de su vida. Se sentía terriblemente sola, todo lo que quería había muerto, hasta sus ilusiones. El primer día que la vi era como un fantasma, un ser sin alma que buscaba el aliento necesario para seguir viviendo. Sola, en una vida tejida a través de los años, no sólo no tenía con quién hablar, sino que no tenía para quién vivir.
La soledad invadía todos los espacios, del trabajo a casa y de casa al trabajo, así transcurría su vida desde que él había puesto punto y final a la enfermiza relación que mantenían desde hacía años. Desde la muerte de sus padres, ella había volcado todas sus esperanzas en esa relación de pareja. No le importaban las amistades ni ocupar su tiempo libre. Él llenaba su mundo, ya no necesitaba más. Perderlo no estaba en sus planes. El mundo se le vino encima el día en que hizo las maletas y se marchó para no volver.
Los colores que antes llenaban su vida se volvieron oscuros. La última puerta a la felicidad se había cerrado para ella. Para él vivir con una persona así se le había hecho insoportable. La dependencia era tal que le faltaba el aire, ella no daba opciones, empobrecieron su vida hasta el extremo de que en el mundo sólo estaban ellos dos, todo lo demás vacío. Ahora ella estaba sola. Apostó a un único número y lo perdió todo. Había aniquilado de un plumazo toda la humanidad. Ni el trasiego de la ciudad conseguía hacerle sentir que había otros. Estaba encerrada en sí misma, en su propia cárcel.
Desde un principio, parecía que yo no existía para ella. Hablaba para sí misma, no daba lugar a mis intervenciones, apenas había cruce de miradas. Con el tiempo fue derribando los altos muros que había construido y fue dejándome entrar, alguna sonrisa, algún gesto de complicidad. Un día llegó a decir que se había puesto ese vestido para estar guapa para mí. Parecía ilusionada por sus sesiones, por contarme su vida cotidiana y, también, empezaba a tener alguna ilusión de futuro. Pequeños destellos de luz dejaban entrever un mundo más rico que ese pequeño en el que ella había vivido tantos años.
Un día llegó a la consulta irreconocible, sonreía de lado a lado de la cara. Se había inscrito en la universidad y empezaba las clases con ganas. Tenía ganas de tener compañeros, tener horarios, moverse de su anquilosamiento. Hacía dos meses que había retomado una relación de amistad con una compañera de la infancia, quedaban de vez en cuando para tomar café, ir de compras. Hacía años que habían roto el contacto y no sabía por qué. Empezó a entender que la relación de pareja no era ninguna solución para su vida. “No es bueno amar como si el otro fuera la única persona del mundo” –dijo. Escuchar esas palabras de su boca ya eran un gran paso.
Ya no temía a la soledad, había abierto tantas puertas que ni vivir sola ni estar soltera le hacían sentirse única ni abandonada. Tenía amigos que la querían, tenía personas a las que querer y tenía un fuerte compromiso con su psicoanálisis. Había entendido que un libro basta para estar con otros, que son los compromisos los que te hacen vivir, que comprometerse no era entregar tu vida al primer postor.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Mi vida ha fundido...

Los decires de un viejo verde (Nº 6 - Mayo 1996)

338.-Querido doctor, estoy en condiciones de decir que mi vida ha fundido. Todas las conclusiones que guiaban mis pasos han resultado equivocadas para vivir en este medio. A todo lo mío, le pasa lo peor. Soy un hombre moderno, mis hijos al borde del manicomio o de la cárcel, alguna de mis mujeres siempre al borde de la muerte, cada uno de mis hermanos al borde de un desvío. Espero que usted me ayude a modificar mi situación en algo. Su vida tiene mucha letra, le dije, a su vida le falta un poco de música, algo de silencio.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Hablamos de los problemas de pareja y la terapia de pareja en Radio Montellano


¡Hasta aquí hemos llegado! 
¿Su pareja le ha puesto un ultimatum?
¿Ya no aguanta más? ¿Vive con un desconocido/a?

Cada vez son más las parejas que acuden a terapia porque no saben cómo resolver sus problemas de convivencia. Los problemas más comunes se derivan de una mala comunicación entre ambos, lo más común es encontrar que las parejas apenas hablan entre ellos de sus problemas, apenas conversan, se limitan a ver la televisión, comer, cuidar a los niños, pero son unos desconocidos. No deje que esto pase en su relación, evite el fracaso de sus ilusiones. Hay soluciones efectivas a esos problemas cotidianos. El divorcio no siempre es la solución.

Aquí podrá escuchar la entrevista que me realizó Lourdes Rivas en el espacio de Grupo Cero Psicoanálisis en Radio Montellano



Si su relación de pareja no funciona, puede consultarme y le orientaré sin compromiso.
Telf. 952 39 21 65 - info@htpsicoanalisis.com 

martes, 9 de noviembre de 2010

Usted no ayuda


USTED NO AYUDA
Muchas veces se ha planteado tomar medidas, dar un paso para conseguir esos propósitos que hace tiempo viene planteándose. Luego son agua de borrajas y el tiempo pasa como si nada. Esta vez ha sido diferente, algo en usted ha encendido esa lucecita que le indica que es el momento, que ya no aguanta más. Puede que en su caso se haya decidido a apuntarse al gimnasio, iniciar esa dieta que tanta falta le hace o tal vez se animó a pedir, por fin, cita con el psicoanalista. Lo más difícil está hecho.
Ahora el trabajo es comenzar y mantenerse el tiempo necesario, sin desanimarse, hasta alcanzar el objetivo. Esto no es nada fácil. La mayoría de las veces somos nuestro mayor enemigo. Si ya nos costó dar ese primer paso, ahora el problema es que la mayoría de las veces abandonamos en estas primeras fases. Al ser humano nos cuesta poner de nuestra parte para generar los cambios que nuestra vida necesita, movernos del apoltronamiento al que tan fácil es acostumbrarse. Todos recordamos esa frasecilla de “más vale malo conocido que bueno por conocer” y que nos engaña tantas y tantas veces. Creemos que el mundo es injusto, pero no necesitamos a nadie que nos ponga la zancadilla, ya estamos nosotros para ello.
Los profesionales estamos para dar esa energía y esos ánimos que a veces escasean, pero es imprescindible su ayuda para que podamos hacer nuestro trabajo. ¿Qué sería un psicoanalista sin pacientes? Me tengo que ocupar de estar en mi sillón escuchándole, pero usted no debe descuidar su compromiso que se va forjando a través del tiempo, como las cosas importantes de la vida. Es cierto que la sociedad actual nada ayuda, ya que nos educan en ideales donde el concepto de trabajo muchas veces brilla por su ausencia. He de tener la paciencia que nadie tuvo con usted, los ánimos que a veces a usted le faltan, pero no me lo ponga tan difícil. No puedo ir a su casa a buscarle, no puedo convencerle de lo que no está previamente convencido. Me acuerdo ahora del aforismo: “No es bueno esperar que las cosas vengan del cielo, no es bueno esperar que otro haga por mí lo que ni siquiera yo soy capaz de hacer”, qué razón tiene, si uno no pone de su parte nadie podrá ayudarle.
Debe saber, no obstante, que estructuralmente esto ocurre. La Humanidad no acepta gustosa ningún paso, recordemos cuando se quemaban a los más eminentes científicos por contradecir con sus ideas la moral vigente. Ahora es usted el que a veces quema sus posibilidades de crecimiento, el que se cierra las puertas al bienestar, el que me niega la posibilidad de ayudarle en el largo camino que es la vida. Pero aquí seguiré, en mi sillón, trabajando, porque algún día volverá a darse esa oportunidad, porque algún día sus fantasmas llamarán de nuevo a su puerta y esa vez no podrá soportar su soledad. Si lo necesita, ahí estaré. 


Helena Trujillo
Si su relación de pareja no funciona, puede consultarme y le orientaré sin compromiso.
Telf. 952 39 21 65 - info@htpsicoanalisis.com 

lunes, 8 de noviembre de 2010

La soledad no es estar solo


LA SOLEDAD NO ES ESTAR SOLO
Para un hombre culto la soledad no existe o cuando existe es vicio o altura,
 nunca sufrimiento, nunca espera de nada.
Miguel Oscar Menassa

Cuántas veces habremos oído la frase: “tengo miedo a estar solo”. No cabe duda de que somos seres sociales y necesitamos de los demás para constituirnos a nosotros mismos, no sólo para cubrir nuestras necesidades de afecto y desarrollo personal, sino también para afianzar nuestra autoestima. Este miedo a la soledad parte de nuestra dependencia infantil, nos sumimos en el temor a ser abandonados hasta que constituimos la presencia del otro en su ausencia. Las personas no sólo existen cuando están, también cuando no están. El gran problema de muchas personas es que se sienten solos porque aniquilan al otro en su fantasía. Decir “estoy solo” es como decir nadie existe y esa negación es la que nos enferma.
Una vez que el ser humano se da cuenta de su finitud, de que su existencia está encaminada a este acontecimiento, nace la preocupación por el ser. Es la muerte la que le va a dar verdadero valor a la vida. Son los límites los que nos permiten vivir de una forma saludable. Cuando entendemos que las relaciones también han de tener sus límites amamos con más libertad, pero no todos somos capaces de aceptarlo. Todas las relaciones de extrema dependencia son relaciones condenadas al fracaso y a la agresividad. Cuando entiendo que el otro es una posesión soy capaz de encerrarlo con tal de no perderlo, ahí no hay amor. El amor es amor a un objeto, hace del otro un objeto, con lo cual entra en juego el régimen de propiedad, hace individualistas, mientras que el deseo no desea objetos sino que desea deseos, hace sujetos deseantes, sujetos que saben que la soledad no existe, o se vive entre otros o se vive entre fantasmas.
Este temor no es nada nuevo, pero es cierto que las sociedades modernas, a pesar de los avances técnicos, fomentan el aislamiento y falta de comunicación. Nos han educado en el consumismo sin límites, pero no nos han enseñado a relacionarnos con otras personas. Nadie nos dijo que comprometerse con otros es lo que genera autoestima y bienestar, que elegir nuestros compromisos es el mayor grado de libertad. Somos caldo de cultivo para el egoísmo y la envidia. Amamos al otro para utilizarlo en la satisfacción de nuestras necesidades, para no estar solos, pero no hemos aprendido a conocer al otro en su verdadera dimensión. Cuando amamos por necesidad es cuando vivimos con miedo a ser abandonados. Podríamos preguntarnos por qué tantas parejas que ya no se aman y aún así siguen viviendo juntos. Es clara la respuesta, por miedo a la soledad. No saber arreglárselas con la propia soledad se convierte en un problema para vivir, acabas viviendo con cualquiera.
En muchas ocasiones hay un temor previo, el temor a arriesgarse, a dar y no recibir, tememos equivocarnos y por ese motivo no emprendemos nuevos proyectos y relaciones. Pero como dice el poeta Miguel Oscar Menassa “En las relaciones intersubjetivas, lo único que se arriesga es un poco de seguridad y un poco de dinero; el resto, ganancia, todo humano”. Hay que arriesgarse a ganar. Las relaciones sociales no se buscan, se encuentran en el camino del trabajo, de las aficiones, de los compromisos. Cuando alguien que se siente solo me pregunta cómo puede hacer amigos siempre le digo que los amigos se encuentran indirectamente: “Apúntate a algún curso, practica el deporte que te gusta, sal al mundo y ahí producirás relaciones. Hay que repetir el acto para encontrar a personas que también tengan esa afición”. No hay edad para las relaciones sociales, seamos jóvenes o mayores todos necesitamos de otras personas para sentirnos vivos y si algo te impide estar con otros, acércate a ellos a través de los libros, la televisión, el teléfono, internet.
También están esas otras personas que lloran por las esquinas porque se sienten solos, ¿no será que no saben amar? Hay que aprender a amarse para luego amar a los otros. El sentimiento de soledad está relacionado con el aislamiento, la noción de no formar parte de algo, la idea de no estar incluido en ningún proyecto y entender que a nadie le importamos lo suficiente como para pertenecer a su mundo. Se puede interpretar la soledad de dos maneras: estar solo o sentirse solo. Estar solo es un hecho común para todos, no siempre estamos acompañados. Esta experiencia de soledad se puede disfrutar mucho y suele ser muy constructiva. Sentirse solos es diferente, porque uno se puede sentir solo también en compañía, en ocasiones no nos sentimos a gusto con las personas que nos rodean. El sentimiento de soledad, tiene que ver con no haber forjado una escucha o haber perdido una escucha. A veces este sentimiento acontece ante una separación o ante la pérdida de un ser querido, quién no ha vivido una situación como esta a lo largo de su vida. Cuando uno se encuentra bien, no importa llegar a casa y estar solo, porque nos sentimos acompañados de todas nuestras relaciones y compromisos. Vivir solo puede ser una buena opción de vida, pero no puede hacerse si no gozamos de unas buenas relaciones sociales, si no gozamos de una buena salud social.
La cultura nos permite no sentirnos solos jamás. Es cuando sólo nos escuchamos a nosotros mismos que entramos en ese vacío de la soledad. Cuando abrimos un libro, escuchamos a otros, otras vidas laten conmigo, es imposible sentirse solo.
Recostada en el diván ella recorría entre palabras los momentos más duros de su vida. Se sentía terriblemente sola, todo lo que quería había muerto, hasta sus ilusiones. El primer día que la vi era como un fantasma, un ser sin alma que buscaba el aliento necesario para seguir viviendo. Sola, en una vida tejida a través de los años, no sólo no tenía con quién hablar, sino que no tenía para quién vivir.
La soledad invadía todos los espacios, del trabajo a casa y de casa al trabajo, así transcurría su vida desde que él había puesto punto y final a la enfermiza relación que mantenían desde hacía años. Desde la muerte de sus padres, ella había volcado todas sus esperanzas en esa relación de pareja. No le importaban las amistades ni ocupar su tiempo libre. Él llenaba su mundo, ya no necesitaba más. Perderlo no estaba en sus planes. El mundo se le vino encima el día en que hizo las maletas y se marchó para no volver.
Los colores que antes llenaban su vida se volvieron oscuros. La última puerta a la felicidad se había cerrado para ella. Para él vivir con una persona así se le había hecho insoportable. La dependencia era tal que le faltaba el aire, ella no daba opciones, empobrecieron su vida hasta el extremo de que en el mundo sólo estaban ellos dos, todo lo demás vacío. Ahora ella estaba sola. Apostó a un único número y lo perdió todo. Había aniquilado de un plumazo toda la humanidad. Ni el trasiego de la ciudad conseguía hacerle sentir que había otros. Estaba encerrada en sí misma, en su propia cárcel.
Desde un principio, parecía que yo no existía para ella. Hablaba para sí misma, no daba lugar a mis intervenciones, apenas había cruce de miradas. Con el tiempo fue derribando los altos muros que había construido y fue dejándome entrar, alguna sonrisa, algún gesto de complicidad. Un día llegó a decir que se había puesto ese vestido para estar guapa para mí. Parecía ilusionada por sus sesiones, por contarme su vida cotidiana y, también, empezaba a tener alguna ilusión de futuro. Pequeños destellos de luz dejaban entrever un mundo más rico que ese pequeño en el que ella había vivido tantos años.
Un día llegó a la consulta irreconocible, sonreía de lado a lado de la cara. Se había inscrito en la universidad y empezaba las clases con ganas. Tenía ganas de tener compañeros, tener horarios, moverse de su anquilosamiento. Hacía dos meses que había retomado una relación de amistad con una compañera de la infancia, quedaban de vez en cuando para tomar café, ir de compras. Hacía años que habían roto el contacto y no sabía por qué. Empezó a entender que la relación de pareja no era ninguna solución para su vida. “No es bueno amar como si el otro fuera la única persona del mundo” –dijo. Escuchar esas palabras de su boca ya eran un gran paso.
Ya no temía a la soledad, había abierto tantas puertas que ni vivir sola ni estar soltera le hacían sentirse única ni abandonada. Tenía amigos que la querían, tenía personas a las que querer y tenía un fuerte compromiso con su psicoanálisis. Había entendido que un libro basta para estar con otros, que son los compromisos los que te hacen vivir, que comprometerse no era entregar tu vida al primer postor.

Helena Trujillo Luque
Psicoanalista Grupo Cero
www.htpsicoanalisis.com


Si su relación de pareja no funciona, puede consultarme y le orientaré sin compromiso.
Telf. 952 39 21 65 - info@htpsicoanalisis.com 

Charla de Psicoanálisis: El concepto de inconsciente en la vida cotidiana

CHARLA COLOQUIO DE PSICOANÁLISIS


Viernes 12 de Noviembre a las 19:30 hrs.

EL CONCEPTO DE INCONSCIENTE EN LA VIDA COTIDIANA
Impartida por la psicoanalista Helena Trujillo
Presentada por D. Antonio Vela, Profesor de Psicología Dinámica de la
Facultad de Psicología de Málaga
Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés
C/Hilera, s/n Edf. Hogar Departamento de Librería

ENTRADA LIBRE

miércoles, 20 de octubre de 2010

Yo estudié psicoanálisis en Málaga

Yo estudié Psicoanálisis en Málaga, comencé allá por 1996, en mi primer año de carrera. Los nubarrones del futuro laboral desaparecieron abriéndome paso a una profesión apasionante a la que me dedico desde hace más de 10 años.
Desde un principio compaginé psicoanálisis personal, seminario Sigmund Freud y taller de escritura. Luego se irían sumando más elementos. Las clases eran muy diferentes a las de la universidad. Por primera vez estaba muy motivada y no quería perderme ni una clase, ni un evento. Salud, ciencia, política, sociedad, poesía, las clases abarcaban todo aquello que alcanza lo humano, ello te genera una sensación de estar vivo y despierto que antes no había tenido.
El psicoanálisis es un pensamiento revolucionario y de candente actualidad. La producción fundamental de la obra freudiana es el concepto de inconsciente: hay cosas que suceden en el sujeto sin que él sepa nada de ellas, y estos procesos no son azarosos, están sometidos a unas leyes, leyes de las que sólo el psicoanálisis puede dar cuenta.

El psicoanálisis cura, pero no puede ser reducido a un método terapéutico. Movimientos culturales como el surrealismo (que toca la poesía, la publicidad, el cine, la arquitectura actuales...) son imposibles de pensar si no es desde el psicoanálisis.

Y así, podríamos enumerar las aportaciones que el psicoanálisis ha hecho para pensar muchas otras disciplinas.

Por todo ello, la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero viene estudiando y trasmitiendo el psicoanálisis desde hace más de treinta  años, trabajando para la formación de psicoanalistas y para la atención clínica a la comunidad.

Queremos acercar el descubrimiento freudiano a la población, como elemento para pensar la realidad y como posibilidad de transformarla. Con motivo de la celebración de estos veinte años, se han convocado los Seminarios Sigmund Freud, Jacques Lacan y Pensamiento contemporáneo (Hegel, Marx, Heidegger). Las clases serán impartidas por psicoanalistas de la Institución.

Los interesados en cursar estos seminarios, deberán realizar una entrevista previa con uno de los psicoanalistas de la Escuela.

EN MÁLAGA: SEMINARIO SIGMUND FREUD

3 años de duración
Becas para estudiantes universitarios
Convenios con el Colegio de Médicos de Madrid

Infórmese y fórjese un futuro de éxito. Tú también puedes.

Más información telf. 952 39 21 65

miércoles, 6 de octubre de 2010

Charla sobre La masturbación

CHARLA-COLOQUIO DE PSICOANÁLISIS SOBRE LA MASTURBACIÓN
VIERNES 8 DE OCTUBRE de 2010


Impartida por la Psicoanalista Helena Trujillo

sábado, 25 de septiembre de 2010

Vídeo de la Charla sobre El sentimiento de culpa





EL SENTIMIENTO DE CULPA
MÁLAGA, 24 DE SEPTIEMBRE DE 2010
Psicoanalista Helena Trujillo

martes, 21 de septiembre de 2010

Entrevista a la psicoanalista Helena Trujillo en la Revista Eroski Consumer


Helena Trujillo, psicoanalista
"El psicoanálisis trata patologías que tienen su origen en procesos inconscientes, como las fobias"

El psicoanálisis es una disciplina que se ocupa del estudio del psiquismo humano. Creada por Sigmund Freud a finales del siglo XIX, es una ciencia reciente que carga con numerosos mitos y prejuicios. ¿Hay que seguir durante muchos años esta terapia para curarse? ¿Hay que tener cierto nivel de educación para psicoanalizarse? Helena Trujillo ejerce como psicoanalista desde hace varios años, colabora con diversos medios de comunicación e imparte cursos y charlas sobre este tema. En esta entrevista, desmonta algunos de los mitos que alejan al psicoanálisis de la sociedad y defiende la vigencia de una ciencia tan práctica como poco conocida.


Por CLARA BASSI            21 de septiembre de 2010

¿Qué problemas puede tratar el psicoanálisis?
Toda ciencia tiene sus límites. El psicoanálisis puede ocuparse de patologías que tengan su origen en procesos inconscientes, como neurosis,hipocondría, fobias, obsesiones o enfermedades psicosomáticas, entre otras. No puede tratar el autismo, enfermedades congénitas u otras derivadas de una lesión orgánica.

¿Cuál es la labor del psicoanalista?
Se asemeja a la de un traductor. Dispone de las herramientas teóricas y técnicas necesarias para interpretar las aportaciones del paciente. No en vano, los contenidos inconscientes nunca llegan a la conciencia de manera directa, sino indirecta, a través de los lapsus, los síntomas, los actos fallidos, etc.

¿Qué es el inconsciente?
"En el inconsciente se hallan los recuerdos, los afectos, los sentimientos y la memoria"
El aparato psíquico está formado por dos instancias: consciente e inconsciente. En el inconsciente se hallan los recuerdos, los afectos, los sentimientos y la memoria. Es el motor del aparato psíquico. Hasta la creación del concepto de inconsciente por Freud, no se podía dar cuenta de cómo y por qué el sujeto psíquico sentía deseo, amor, dolor, tristeza u odio y de dónde provenían estos estados, a veces, tan paradójicos. Ahora, sabemos que provienen del inconsciente.

¿Qué papel juega la sexualidad en el psicoanálisis?
Éste es uno de los temas más polémicos y que más rechazo ha ocasionado al admitir la teoría psicoanalítica. Antiguamente se confundía lo sexual con lo genital. Se pensaba que los niños no tenían sexualidad. Se creía que era algo que acontecía sólo durante unos años de la vida. El psicoanálisis otorga un papel destacado a la sexualidad en nuestro desarrollo psíquico, ya que ésta comienza desde que nacemos. Hay que entender que no es el concepto de sexualidad tal cual lo entendemos en la vida cotidiana, sino en un sentido más amplio. Tiene que ver con la forma de relacionarnos con el exterior, nuestra continua búsqueda de placer-displacer...

¿Por qué ayuda tanto escuchar y sentirse escuchado?
El mismo hecho de poder pronunciar en voz alta las fantasías ya mejora a la persona. Hay que saber también que el psicoanalista cura más por lo que es, que por sus palabras. El paciente no necesita consejos, sino que acude a una consulta para hablar de qué le pasa, para que le escuchen como nadie hasta ahora lo había hecho y para poder dar un sentido diferente a los acontecimientos que le suceden.

¿Una terapia psicoanalítica debe durar muchos años?
"El paciente viene para hablar de qué le pasa y poder dar un sentido diferente a los acontecimientos que le suceden"
Puede durar muchos o pocos años. Pensar que el tiempo de un tratamiento está definido de antemano es un mito y una resistencia al psicoanálisis, ya que es un proceso individual. Por otro lado, hay que diferenciar el tiempo en el que se obtienen resultados terapéuticos (para curarse), que puede oscilar entre nueve meses y un año, y el tiempo para psicoanalizarse (para entrar a fondo en la propia vida, en la propia biografía), que será más prolongado o toda la vida.

El psicoanálisis parte de la base de que las primeras relaciones y experiencias condicionan la psique. ¿El pasado marca de una forma definitiva?
Nuestros primeros aprendizajes condicionan qué somos, ya que suponen nuestro pasaje a la sociedad humana. Pero pensar que el pasado es inamovible y determinante de nuestro futuro es llegar demasiado lejos. La utilidad terapéutica del psicoanálisis recae en que podemos modificar los pensamientos y experiencias que ocasionan un proceso patológico en la persona. El futuro se puede cambiar si cambiamos nuestros deseos inconscientes sobre el mismo.

Una persona mayor de 30 años, ¿cómo puede regresar a su pasado para solucionarlo en el presente?
"Esta disciplina restituye la capacidad de interactuar con la realidad, adaptarse a ella y realizar los cambios oportunos para vivir mejor"
Al pasado no se puede regresar. Es otra equivocación pensar que el psicoanálisis se ocupa del pasado de las personas. Cuando un paciente acude a la consulta, nos encontramos ante una persona que ha tenido pasado, pero éste sólo está en el paciente como es ahora. Los sucesivos pasos de nuestro desarrollo psíquico no se borran para dejar paso al siguiente, sino que se suman. En mí hay una niña de cinco años, de diez, una adolescente... pero no hay una mujer de 50 años, porque eso aún está por ocurrir. Esta terapia trabaja sobre el futuro porque éste se puede modificar. No obstante, también cambia nuestro pasado porque, si pensamos diferente, acabamos por tener una visión diferente de nuestras experiencias pasadas.

¿Qué puede esperar una persona que acude a una terapia psicoanalítica?
Freud dijo que el psicoanálisis tiene como objetivo devolverle a la persona la capacidad de amar y trabajar. Restituye la capacidad de interactuar con la realidad, adaptarse a ella y realizar los cambios oportunos para vivir de manera satisfactoria. El resultado que el paciente espera de la terapia depende de su deseo y de su capacidad de trabajo.

¿El psicoanálisis está reservado para gente culta?
El paciente que quiera, de cualquier clase social o nivel intelectual, puede comenzar la terapia.

¿Ha cambiado mucho el psicoanálisis desde Freud?
Estudiamos a Freud y a Jacques Lacan, y podemos afirmar que no ha cambiado en los elementos fundamentales del tratamiento. Otras escuelas tienen otra forma de practicar el tratamiento, pero tal vez eso sea un afán de no parecerse al psicoanálisis.

¿Cuáles son las ideas de Freud que han quedado superadas?
"El psicoanálisis es aplicable a empresas, médicos o distintos ámbitos de formación para detectar muchos problemas e intervenir sobre ellos"
Tiene poco más de un siglo y aún no se ha llegado a estudiar y asimilar por completo el pensamiento psicoanalítico. No se ha podido superar algo a lo que aún no se ha llegado. Es una ciencia muy joven, muy rechazada y que otras disciplinas aún no han incorporado. Podemos decir que está aún por sumarse a las vidas de la mayoría de las personas.

¿Qué otros grandes psicoanalistas destacaría?
Jacques Lacan fue un estudioso del psicoanálisis freudiano. Llegó a cerrar su escuela porque sus propios alumnos dejaron de leer a Freud. Nuestra escuela, fundada por Miguel Óscar Menassa, estudia a Freud y Lacan con rigor y se ocupa de la transmisión y la difusión de esta disciplina. Menassa recogió la idea que Freud mostró en su obra: la necesidad de unir poesía y psicoanálisis.

¿El cine ha distorsionado, en cierta medida, el psicoanálisis?
Un caso típico es el de Woody Allen, que es director de cine, no psicoanalista. Nos puede gustar como cineasta, pero eso no significa que sea un difusor del psicoanálisis. Transmite, como muchos otros, una idea irreal de qué es un tratamiento. Todos recordamos los chistes del psicoanalista que se duerme en la sesión del paciente o se ríe de él. Eso no es el trabajo diario de un profesional.

¿El psicoanálisis se aplica más allá del diván?
"Desde el psicoanálisis, la salud no es la reconstrucción de un estado anterior, sino la creación de uno nuevo"
Por supuesto, el diván es un instrumento, pero desde hace años el psicoanálisis se aplica y es aplicable a empresas, profesionales, médicos o distintos ámbitos de formación, entre otros. Tener en consideración la teoría psicoanalítica sobre el sujeto psíquico ayuda y potencia el trabajo de estos profesionales. Les ayuda a detectar muchos problemas, a intervenir sobre ellos y a reconocer afectos propios que intervienen en las relaciones laborales cada día.

¿Se aventura a dar una definición de salud mental?
El psicoanálisis es la disciplina que se ocupa de la salud psíquica, que trata enfermedades tan comunes como depresión, ansiedad, trastornos obsesivos o alteraciones sexuales, que tienen tratamiento y curación, y que no hay que vivir con ellas. Lo más caro es vivir con sufrimiento y ver mermadas las propias capacidades. Hay que alejar ideas como que el tratamiento psicoanalítico es muy caro o muy largo o que se debe hablar del pasado y de los traumas. La enfermedad siempre es la peor solución. Desde el psicoanálisis, la salud no es la reconstrucción de un estado anterior, sino la creación de un nuevo estado, de un nuevo sujeto.

FREUD, EL PADRE DEL PSICOANÁLISIS
Hablar de psicoanálisis es hablar de Sigmund Freud. Nacido en 1856 en Friburgo (antigua ciudad del Imperio austríaco que hoy pertenece a Chequia), Freud se licenció en medicina. Un viaje a París fue decisivo en su trayectoria profesional. En 1886 trabajó durante varios meses bajo la dirección de Jean Martin Charcot en el prestigioso servicio de neurología de la Salpêtrière parisina. Pudo conocer de primera mano la histeria y los tratamientos basados en la hipnosis y la sugestión. A su vuelta a Viena, Freud se casó y abrió una consulta privada.
Gracias al contacto diario con sus pacientes, sentó las bases del psicoanálisis. En esos primeros años como médico, publicó varios libros y artículos, que se recibían entre el desinterés y la indignación, porque ya planteaba en ellos sus ideas más rompedoras, como la de una sexualidad infantil. En 1906, su pequeño círculo de seguidores vieneses se amplió. En 1908, se celebró el Primer Congreso Psicoanalítico y, al año siguiente, impartió diversas conferencias en EE.UU. que contribuyeron a otorgarle fama mundial.
Algunos de sus libros se convirtieron en "best-sellers", los medios de comunicación le perseguían y numerosos pacientes acudían a su consulta. El psicoanálisis empezaba a extenderse por el mundo y, en las siguientes décadas, conocería su época dorada. La gran tragedia de Freud fue que su éxito profesional coincidiera con sus graves problemas de salud, lo que no impidió que siguiera con gran energía. En 1923, se le diagnosticó un cáncer de mandíbula, por el que se sometió a numerosas intervenciones. Murió exiliado en Londres en 1939.