No es
excepcional en estos tiempos que alguno o, incluso, ambos miembros de la pareja
estén o hayan estado un tiempo en situación de desempleo. Dicha circunstancia
no es agradable para nadie y menos cuando la incertidumbre respecto al hallazgo
de un nuevo empleo. En muchas ocasiones, y con el paso de los meses, el
desempleado puede caer en el derrotismo y la desesperanza, manifestando
sentimientos negativos, desorganizando su tiempo y modificando sus rutinas
cotidianas. Lógicamente esto afecta a la vida en pareja, no sólo por la
cuestión económica mermada, también porque puede cambiar la personalidad de
nuestra pareja, no es la persona activa y emprendedora que nos enamoró. Todos
sabemos que lo material es importante en nuestra vida, vivimos en una sociedad
donde se prima el consumo y todo está basado en el uso y el poder del dinero.
Cuando esto se limita, también se limita nuestra libertad y, en muchos casos
falla la capacidad de reacción y de adaptación.
Consejos
para salir adelante. Por un lado, mantener una actitud activa en la búsqueda de
empleo, lo peor es dejar pasar el tiempo y esperar a que el trabajo llegue a
ti. Reorganizar la economía no significa quedarte en casa sin hacer nada, se
pueden hacer otras cosas, es importante dedicar tiempo a la pareja, a los
amigos, hacerse acompañar por otras personas para que el desempleo no sea
sinónimo de marginación. En muchos casos, hay que aceptar la ayuda de otros
para salir de esta, eso no quiere decir sentirse humillado, en estos momentos
te ha tocado a ti estar en esa situación, no quiere decir que no vayas a salir
de ello, con ayuda saldrás adelante y en otro momento podrás ayudar a otro.
Entre todos vamos haciendo esta sociedad y entre todos también saldremos de
esta crisis. Las crisis o discusiones en la pareja fruto de estas
circunstancias también deben servir para manifestar la frustración de la que
estamos siendo objetos, conversar sobre lo que sentimos sin hacer a los otros
responsables de las frustraciones. Es fácil que las circunstancias sean
vehículo para la manifestación de tendencias hostiles inconscientes, por eso
hay que tener cierta tolerancia a la hora de escuchar, el amor también incluye
cierto desencuentro, saberlo nos hará bien. Respecto a las separaciones hay que
decir que muchas parejas en crisis no pueden plantearse la separación por una
cuestión económica, sin empleo no pueden pagar otro alquiler o adquirir otra
vivienda, las responsabilidades son más difíciles de sobrellevar por lo que se
mantiene un compás de espera y la tensión se sostiene como se puede. Según la
agencia EFE en julio, el número de rupturas matrimoniales disminuyó un 2,3% en
2011 con respecto al año anterior, al pasar de 127.682 a 124.702. Se había
experimentado un repunte en 2010.
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