miércoles, 25 de mayo de 2011

El amor, siempre le pedimos lo que no puede darnos.




Existe el contrato de trabajo, y no sólo en el derecho, sino más bien, primero, en el lugar de trabajo. No existe por ahora un contrato de amor, ya que el contrato matrimonial no se puede considerar un contrato de amor, ya que en él tiene que ver más el dinero que el amor o, sencillamente, el deseo.

No existe ningún contrato universal que regule la cantidad de horas que necesita un amor para sobrevivir. Sin embargo, hay leyes internacionales del trabajo que aquellos países que no las cumplen son subdesarrollados o peor aún. Todo trabajador tiene una idea más o menos clara de cuántas horas tendrá que trabajar este mes y también cuántas horas tendrá que trabajar el mes que viene.

Ningún amante sabe exactamente las horas que tendrá que dedicarle a su amante durante este mes y el próximo para poder lograr su goce, su felicidad, su permanencia a su lado.
Separar apropiadamente el sexo del dinero debe ser tarea tan fuerte como separar el número dos de la palabra amor, que no sé si algo he conseguido en ese sentido, a pesar de haber puesto toda mi energía en el tema durante los últimos cuarenta años de mi vida. ¡Qué horror!


(Fragmento del libro: NO VE LA ROSA, de Miguel Oscar Menassa)


miércoles, 18 de mayo de 2011

Conquistar a una mujer

HAY HOMBRES QUE NO SABEN



Hay hombres que no saben, que se lo digan al director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, que ha cambiado su habitación de hotel de 3000 dólares por una celda en una cárcel neoyorkina. Muchos hombres siguen pensando que un no femenino es un sí tímido. Muchos creen que conquistar a una mujer es asaltarla, invadirla con sus propuestas, insistirle y que sus negativas son signo de frigidez, no de determinación y libertad.
Decir esto no niega que hay hombres sensibles, considerados, que saben observar a una mujer, interesarse por sus cosas, esperarla, conversar con ella. Hay hombres que fascinados por una fémina se acercan a su realidad, se incluyen en ella y así van conquistando ese lugar en el deseo femenino. Sin embargo, son los menos.
Sirva mi experiencia como observadora, como profesional y como mujer para explicarlo. Pongamos el ejemplo de las redes sociales, facebook, medio para establecer contactos profesionales y también personales. Muchos hombres se basan en una fotografía para entrar en contacto con una persona, mujer. No consideran los datos en los que se indica que sólo desea contactos profesionales, tampoco si utiliza el perfil exclusivamente para informar de sus actividades. Ellos ven una mujer y creen que es una mujer. Esto da lugar a conversaciones de besugo donde una les intenta explicar que la amistad se produce, no puede obligarse a nadie a ser tu amigo; que no tienes por qué dar información de tu estado civil, que no estás ahí para chatear, que si está interesado por alguno de tus servicios puede proseguir la conversación y, de no ser así, mejor dar por zanjado ese contacto inconsecuente que sólo busca ligar con una desconocida.
Está claro que los hombres de hoy en día no son como los de antes, afortunadamente. Muchos han logrado conquistar ciertas parcelas de la vida familiar, sensibilidad afectiva y un aire diferente en la estética y la higiene. Pero no me pueden negar que los hombres de ahora, muchos de ellos, se han vuelto un poco torpes. Han perdido la capacidad de ser constantes, se quejan del trabajo y se desalientan cuando no obtienen lo que quieren a la primera de cambio. ¡Qué mundo este! ¿Dónde ha quedado la persistencia, el espíritu de conquista varonil? Confunden una imagen de mujer con una mujer, es decir, no consideran que una mujer en el ámbito profesional no es una mujer, que una jefa no es una mujer, que una cosa es la imagen y otra la función que cada uno desempeña en cada momento.
Chicos, ¡despertad! Tenéis que aprender a interpretar las situaciones, a diferenciar los distintos roles de las personas, ser mujer no quiere decir estar al servicio de los deseos de los hombres. Nosotras tenemos mucho que decir, uno no liga si la otra no quiere. Para hablar tenemos que desearlo los dos. Para ir a la cama, también. La mujer del siglo XXI no es una mujer objeto al servicio del deseo del varón, es una mujer sujeto de sus deseos, una mujer trabajadora, con libertad para decidir y que establece relaciones más equitativas con los hombres.

Helena Trujillo Luque
Psicoanalista

viernes, 13 de mayo de 2011

Artículo en Consumer.es ¿Crisis de pareja o final de la relación?


¿Crisis de pareja o final de la relación?

Razones de peso, en apariencia, como mantener la relación por los hijos, la dependencia emocional o el miedo a la soledad no deberían ser suficientes para mantener una relación de pareja
La mayoría de las parejas atraviesan varias crisis a lo largo de la relación. Las personas cambian con el tiempo, así como sus necesidades, sus deseos y sus sentimientos. Cuando se está en crisis, la angustia, la confusión y los afectos contradictorios pueden ser muy intensos. Y no es sencillo decidir si hay que poner punto y final a la relación. Ante este dilema, un terapeuta puede ayudar a superar una crisis.
  • Por JOSÉ ANDRÉS RODRÍGUEZ
  • 13 de mayo de 2011
- Imagen: clairity -
En el año 2010 se registró en España una ruptura matrimonial cada cuatro minutos. Y, según datos del Instituto de Política Familiar, el 40% de las rupturas fueron conflictivas. No obstante, es normal que las parejas que llevan bastantes años juntas pasen por crisis, explicaHelena Trujillo, psicoanalista de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero. El problema está en que muchas no saben decidir si vale la pena luchar por superar el trance o es mejor finalizar la relación.

Por qué las parejas entran en crisis

Los motivos más habituales de las crisis son, según Arantxa Coca, terapeuta de pareja, "la incompatibilidad de caracteres y los problemas sexuales". Cuando los miembros de la pareja no se entienden, cuando no consiguen crear en su relación un espacio común satisfactorio, son normales las fricciones. En cuanto a los problemas sexuales, "la crisis no viene tanto por la falta de sexo, sino por las consecuencias de la falta de sexo".
Cuando uno de los componentes de la pareja siente un deseo que no es correspondido, puede desarrollarse en él cierto resentimiento o rabia. Y estos pueden contaminar la relación hasta un punto sin retorno. Como señala Trujillo, en ocasiones, ocurre que cuando una mujer acaba de ser madre pone casi todo su cariño y atención en el hijo. "Si además las relaciones sexuales disminuyen, muchas veces el hombre busca fuera de la relación lo que no encuentra en ella".
Otra de las causas más frecuentes de una crisis es la infidelidad. Por eso, "la fidelidad no debe ser algo que uno se impone. Debe ser un deseo", considera la psicoanalista, para quien "es normal que, a lo largo de los años, se sientan deseos hacia otras personas". Por último, un motivo más de crisis son los problemas de comunicación. Muchas personas no saben comunicarse ni con su compañero, ni con sus hijos, ni con sus amigos. Y una pareja es una relación muy estrecha e íntima. "Si no se guardan las formas, si no se tiene en cuenta al otro al comunicarse, es lógico que surja la crispación", explica Trujillo.

Seguir o separarse

No siempre es sencillo distinguir entre el amor u otros sentimientos como la compasión, el cariño o la amistad
Cuando una pareja está en crisis, el sufrimiento emocional puede ser muy intenso. Cuesta pensar con claridad. Cuesta discernir hasta qué punto vale la pena continuar o no. En ocasiones, una relación que parecía idónea empieza a hacer aguas. Los miembros han cambiado con el paso del tiempo y sus intereses y deseos no parecen ir por el mismo camino.
Es difícil generalizar sobre cuándo hay que poner punto y final a una pareja pero, como señala Coca, "cuando la otra persona deja de ser un aliado en tu vida para convertirse en alguien que no te deja desarrollar, hay que plantearse de manera muy seria la ruptura". Como es lógico, el principal motivo para romper es el fin del amor. Pero no siempre es sencillo distinguir entre el amor u otros sentimientos, como la compasión hacia la otra persona, el cariño o la amistad.
"Por ello es importante saber si hay deseo sexual o no. Si hay deseo sexual, seguramente queda algo, como mínimo, de amor", asegura la terapeuta de pareja. Hay que diferenciar entre las uniones de jóvenes, "ya que los veinteañeros suelen aguantar menos y se separan con más facilidad", y aquellas de más de 35 o 40 años, "que aguantan más y sopesan con paciencia los pros y los contras de una ruptura".

¿Qué une a las parejas?

No siempre el amor une a una pareja. Para saber si hay que separarse, vale la pena tener claro los motivos que no deberían servir para mantener la relación. "A veces son los hijos, el miedo a la soledad, la dependencia emocional, el miedo al qué dirán si se rompe la relación", añade Trujillo. Desde que la crisis económica se inició, cobra cada vez más fuerza otro motivo: la dependencia económica. "Hay algún caso de parejas que no se separan porque no pueden vender el piso y terminan por compartir la casa", explica Arantxa Coca.

Cómo sobrellevar una crisis

Una de las actitudes que favorecen a la pareja cuando están en una crisis es la humildad. "Humildad para que cada uno trabaje la parte de su personalidad que no ayuda a que la relación funcione", señala Arantxa Coca. Es fundamental el bagaje personal que tenga cada miembro. Ayudará mucho que ambos se sientan satisfechos en otros ámbitos de su vida, como el profesional. "Gozar de salud psíquica será fundamental para superar una crisis", explica Helena Trujillo, "así como hacerse responsable de la parte de la crisis que a uno le toca".

Tras la ruptura

Pero, en ocasiones, nada puede ayudar a salvar una relación. Muchas personas viven el final de una pareja como un fracaso. "Pero no tiene que ser así. Muchas relaciones cumplen su ciclo y lo mejor para todos es que cada uno siga su camino. No tiene sentido mantener una relación que no satisface, por los años pasados o por los hijos", considera la psicoanalista. El final de una relación no quiere decir que acabe la vida o que uno no podrá ser feliz de nuevo.
Tras una ruptura, los expertos aconsejan no obsesionarse con los motivos que llevaron a ella. Es necesario darse un tiempo para aceptar la nueva situación, pero hay que tener muy claro que la vida continúa. Una ruptura de pareja puede ser la oportunidad para iniciar una nueva vida o para mejorar aspectos de uno mismo. Como señala Helena Trujillo, "para muchas personas puede ser la oportunidad para aprender a estar solos. Hay que interiorizar que estar soltero no debe ser sinónimo de estar solo".

LA AYUDA DE UN TERAPEUTA DE PAREJA

Los terapeutas ayudan a las parejas que no se ven capaces de resolver los conflictos que afectan a su relación. Es aconsejable no acudir a terapia cuando es demasiado tarde. "Muchos acuden cuando llevan años en crisis. Y si una pareja está enquistada en una crisis, puede ser muy difícil salir de ella", señala Arantxa Coca. Un terapeuta nunca tomará partido por ninguno de los componentes. Su trabajo consistirá en que las dos personas consigan dialogar y entiendan qué sucede en la relación. Intentará que descubran cuáles son sus deseos y si realmente quieren continuar o no con su unión.


jueves, 12 de mayo de 2011

Grupo cero: atención psicoanalítica para los afectados por el terremoto de lorca

La Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero ofrece cuatro entrevistas gratuitas, realizadas por sus psicoanalistas, para las personas afectadas psicológicamente por el terremoto de Lorca (Murcia).
 
PEDIR CITA O INFORMACIÓN EN:
 
MADRID: 
Tlf: 91 758 19 40
Móvil: 696 19 42 59
 
MÁLAGA:
Tlf: 952 39 21 65
Móvil: 626 67 33 22